Asdod (Israel), (EFE).- El velero Madleen de la Flotilla de la Libertad, interceptado en la madrugada de este martes por Israel cuando se disponía a llevar ayuda humanitaria a Gaza con 12 activistas a bordo, entre ellos Greta Thunberg, llegó al puerto israelí de Asdod sobre las 21.00 hora local (18.00 GMT), según constató EFE y confirmó luego la policía israelí.
El barco, de 15 metros de eslora y dos mástiles, se empezó a ver en el horizonte desde la costa al norte del puerto una hora y media antes y permaneció en la distancia hasta que se hizo de noche, cuando empezó a navegar camino a puerto.
Más tarde, la policía israelí confirmó a EFE que se trataba del Madleen y el equipo jurídico de la Flotilla indicó que los activistas estaban en tierra israelí.
Junto al velero, a una distancia de alrededor de una milla, navegaban dos embarcaciones escoltando al barco, hasta que su entrada a puerto.
Informaciones contradictorias sobre la situación del barco
Las informaciones sobre el paradero del Madleen han sido contradictorias a lo largo del día, puesto que si bien el Gobierno israelí dijo que había sido remolcado al puerto de Asdod, el equipo jurídico de la Flotilla informó después de que los doce pasajeros y activistas a bordo aún no habían sido trasladados a Israel y permanecían en el mar.
Según el equipo legal de la Flotilla, la intención de las autoridades israelíes es deportarlos a su llegada y quienes no puedan ser deportados hoy, probablemente comparecerán ante el tribunal para una audiencia mañana.
Adalah, la única organización palestina que representa a este colectivo ante las cortes israelíes, reiteró que los activistas a bordo del barco forman parte de «una misión civil» para romper el bloqueo israelí sobre Gaza, y calificó de «ilegal» el que, según afirman, fueran interceptados en aguas internacionales y detenidos.
«Muy pronto ya que no tenemos intención de retener a estas personas, serán devueltos a sus países de origen», afirmó el portavoz del Gobierno israelí David Mencer en su habitual encuentro digital con periodistas.
«No era ayuda humanitaria, era activismo en Instagram»
El portavoz, además, quiso restar importancia a la iniciativa al declarar que más que una flotilla con ayuda humanitaria para Gaza y alimento, «era un yate para selfies. No era ayuda humanitaria, era activismo en Instagram».
Mencer defendió que permitir la llegada del barco a Gaza «abriría las compuertas al terrorismo respaldado por Irán, a extremistas de todo el mundo y a pseudoactivistas en busca de titulares sobre el bloqueo legal de Israel».
Israel impuso un bloqueo total al de bienes básicos a Gaza -comida, agua, medicamentos o combustible- el pasado 2 de marzo, alegando que Hamás se apropiaba de ellos. Solo permitió su entrada de nuevo, de forma muy limitada, el pasado 19 de mayo, pero decenas de miles de gazatíes ya padecen hambre, según la ONU y otros grupos humanitarios.