Raúl Salgado |
Ferrol (EFE).- Ferrol se quedará sin trenes directos a Madrid desde el 9 de junio, cuando Renfe modificará sus conexiones con las siete grandes urbes de Galicia, pero el vetusto trazado a la ciudad naval la privará de conexión directa con la capital española, lo que ha desatado una unión social y política por aislamiento ferroviario.
Los cambios de la compañía pública dejarán a Ferrolterra con cuatro enlaces al centro peninsular, pero todos ellos requerirán de transbordo en A Coruña, que se sube a la ola de la alta velocidad mientras el tendido hacia el norte de la provincia, sin ir más lejos, sigue esperando todavía por su electrificación.
La ausencia de intervenciones de calado en los últimos años impacta en una comarca a la que se le «da la puntilla» en materia ferroviaria, dice a EFE Manuel Río, presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Ferrol.
Las demandas de los colectivos de s coinciden con las de los partidos políticos, que este mismo martes se plantarán en Madrid para dialogar con la Dirección General del Sector Ferroviario tras solicitar, sin éxito, una reunión con el ministro de Transportes, Óscar Puente.
Esa cita trascendió hace escasamente tres semanas, el 7 de mayo, cuando quedó abierto un período en el que el Gobierno local ferrolano, del PP con la mayoría absoluta, ha concretado con la oposición qué se reclamará ante el Ejecutivo central.
La visita a la capital se hará coincidir con encuentros con los grupos parlamentarios en las Cortes y las solicitudes a exponer se basan en un documento presentado por la Xunta el 14 de mayo a las formaciones políticas de la ciudad, que tiene como ejes modernizar la línea Ferrol-A Coruña o reducir sus viajes a un máximo de 50 minutos.
Del Río no oculta que Renfe «necesita un Alvia» para el recorrido Badajoz-Madrid, por lo que se «suprime el Ferrol-Madrid y se llevan el Alvia a Extremadura porque tienen los que tienen», y lanza una alternativa tras la reciente mejora del tendido que desemboca en Lugo: que se le dé continuidad al tren que pernocta en la capital lucense.
El presidente de la asociación ferrolana de Amigos del Ferrocarril sostiene que es «la única solución viable» en el corto plazo, pero lamenta que no hay «de momento opinión al respecto» desde la firma estatal.
«Todo depende de la presión»
«Todo depende de la presión política y social de las ciudades; por desgracia, muchas veces tiene que ser así porque planifican lo más sencillo y problemas surgen en todos los sitios», reconoce, por lo que exige «propuestas firmes y no moverse de ese ideario», aunque no esconde que serán necesarias inversiones destacadas.
Manuel del Río cita la modificación de radios de curva, andenes o de la propia estación de Ferrol: «Tiene unas medidas con las que no caben trenes para cerca de 600 viajeros, son muy largos y la infraestructura está muy obsoleta».
La crisis ferroviaria comarcal deriva también de la exclusión del dibujo del eje atlántico de trenes, pero el presidente de la entidad apunta que una «presión importante» provocaría que no hubiese «más remedio que presupuestar» o acelerar proyectos enquistados, como el baipás de Betanzos o la creación de servicios de Cercanías.

De Ferrol parte también el antiguo Feve, rumbo a A Mariña y Asturias y azotado por cancelaciones e incidencias desde hace años, y los municipios del rural de Ferrolterra por los que pasan sus vagones, como Moeche, no descartan reabrir el debate sobre la necesidad de mejoras ante el frente social y político gestado en la cabecera comarcal.
Jairo Orjales, portavoz de la Plataforma pola Defensa do Ferrocarril Ferrol-Ribadeo, cuenta que se han producido «pequeños pasos» en los últimos meses, como arreglos en apeaderos o una mejor información al viajero, pero insiste en que lo «determinante es que el tren pase a la hora que tiene que pasar y que haya tren».
«Ferrol-Ribadeo y Ferrol-A Coruña pueden dar más de sí; siendo la misma operadora, nos encontramos horarios totalmente descuadrados, era factible ir desde Ribadeo y enganchar a A Coruña o Madrid y ahora ya no sucede, es increíble», afea en una charla con EFE, en la que incide en que Madrid es prioridad, «no la movilidad de nuestra zona».
Pensar en el transporte como un todo
Emplaza a un diálogo con las istraciones en el que tengan cabida los servicios de largo recorrido y los de proximidad al estimar que si no se piensa en el «transporte como un todo tenemos un problema», pero también critica que Renfe, a su juicio, no demuestre querer «transportar más gente de forma más cómoda, clama al cielo».
Orjales no ve «normal» que un de la comarca se baje de un convoy en Ferrol y vaya «a la estación de bus, lo razonable sería que la operadora contemplase esas cosas», y, aunque matiza que no se van a «tener 25 servicios diarios a Madrid», tacha de inisible que no los haya «directos» en aras de una «movilidad garantizada».

Pese al abandono que denuncia la entidad en trayectos como el que une Ferrol y Ortigueira, incide en que los últimos datos de la empresa pública reflejaron «una subida del 30 %, y eso que sabemos que las cuentas no están bien», ya que reitera que no está «controlado quién sube y baja» por falta de personal a bordo.
De otoño a primavera, sus beneficiarios son estudiantes y trabajadores de la zona, cuya deficiente comunicación por carretera ha convertido a comarcas como Ortegal en destino jugoso para quien busca tranquilidad, pero en verano tampoco hay una prestación adecuada: «Había gente para subir en apeaderos y no itían más gente porque iba lleno».
Entre la ciudad ferrolana y Madrid, pero también hacia la costa de Lugo y Asturias, las plataformas vinculadas con el tren en el área de Ferrolterra lo dejan claro, «sí hay masa crítica, potencial y necesidad de personas a transportar», una realidad ante la cual piden ahora reclamaciones concretas en la batalla que abren los partidos políticos.