Ana Picón| Almendralejo (Badajoz) (EFE).- El pintor extremeño Miguel Ángel Bedate ha inaugurado este miércoles la exposición ‘La vendimia’, en mitad del campo, entre viñas, para volver al origen de su obra, “al sitio donde ha nacido», ya que considera que “el arte se ha vuelto loco, va a velocidad del negocio y se ha prostituido de una forma que da pena”.
En una entrevista con EFE entre las cepas de Almendralejo (Badajoz), donde ha iniciado un ciclo de exposiciones efímeras, cuenta que ha estado cuatro años trabajando en esta muestra, formada por 40 obras, que es un homenaje a la vendimia tradicional.
«Sobre todo, a los hombres de Tierra de Barros, los que cargaban con los esportones”, que se representan en sus cuadros, porque no le gusta que ahora esté todo «mecanizado».
Tradición familiar
La relación de Bedate (Coria -Cáceres-, 1952) con la vendimia es desde siempre, porque su familia tenía tierras y bodegas de vino y “el entorno de la viña” le ha llenado “de vida y color”, lo que traslada en estos cuadros que ponen en valor la belleza del mundo rural.
“Extremadura tiene un poderío increíble, tenemos historia, paisaje y gente con mucho corazón que te lo da todo, hay que cuidarla y no ir por el camino de la destrucción, que es hacer cuatro rayas y pensar que todos son Miró, quien para mí no significa nada, es un producto catalán, pero no tiene nada que ver con lo maravilloso que hacía Miguel Ángel o Leonardo Da Vinci”, subraya.
Bedate habla de la búsqueda de la belleza que ha encontrado en los muchos lugares a los que ha viajado, como los tigres de bengala de la India o los indios Taos de Nuevo México, pero también en el entorno rural de su tierra.
“No se me puede clasificar de una manera, ni como pintor regionalista de nada de eso, yo pinto de muchos temas”, asegura.
Seis décadas de pintura
Después de más de 60 años pintando y 112 exposiciones no se quiere encasillar en ningún tema, pinta “de todo”.
Bedate no pone valor a su obra y asegura que no le interesa hacerlo; en este caso ‘La vendimia’ es una exposición privada y cuenta que nunca vende un cuadro que no lleve más de dos años con él.
“Mi gran obra todavía no la he hecho, solamente he estado enredando, quitando ‘La marmitas de gigante’, que son 10 metros de lienzo y es una de las que quizás entre en mi historia como algo especial”, destaca el artista, que “no vendería por menos de seis millones de euros”.
“Tiene ese valor para mí, son cuatro años y mucho trabajo detrás. La pintura es muy difícil venderla, eso de entrada, porque hay muy poca gente con la cultura necesaria para ver lo que hace cada autor”, añade.
La Casa Blanca
Entre sus logros, relata que expuso en el Banco Interamericano y tiene dos obras en la Casa Blanca, donde estuvo con el presidente Carter y entró en el Pentágono, pero afirma que no quiere ser famoso.
“Estoy muy satisfecho con mi vida artística aunque no sea conocido, si fuera muy famoso dejaría de pintar, el artista tiene que pasar hambre y ser una persona que viva de forma austera”, dice.
Bedate ha donado muchos de sus cuadros, en Extremadura más de 85 obras, ya que sus mejores creaciones prefiere no venderlas, sino que acaben en edificios religiosos o en uno de los lugares donde más horas ha pasado: un museo.
Tras esta exposición efímera en pleno campo, la muestra se podrá ver hasta el 10 de mayo en el Círculo Mercantil de Almendralejo.