El primer ministro polaco, Donald Tusk, durante una reunión en Varsovia, Polonia, el pasado 3 de junio. EFE/EPA/Pawel Supernak

Tusk se somete este miércoles a una moción de confianza en busca de unidad

Cracovia (Polonia) (EuroEFE).- El Parlamento polaco votará el miércoles una moción de confianza presentada por el primer ministro Donald Tusk sobre su propio Gobierno, en un intento de cohesionar la coalición que lidera tras la derrota electoral de su candidato en las presidenciales de hace una semana.

Con esta decisión, Tusk busca «fortalecer la coalición del Gobierno» y, según sus propias palabras, presentar un «plan de acción que requerirá unidad y coraje» de todos sus aliados políticos.

Aunque el jefe de la cancillería de Tusk, Jan Grabiec, ha recordado que el primer ministro «siempre escribe sus propios discursos», en los últimos días los socios de la coalición han señalado que en esta ocasión se ha acordado cuál será el contenido de la intervención con que Tusk abrirá la sesión mañana a las 10, con el voto de confianza previsto para cuatro horas después.

Dado que Tusk y sus aliados controlan 242 de los 460 escaños del Sejm, el Parlamento polaco, es de prever que el Gobierno supere sin problemas la votación, pero lo que el primer ministro persigue es lanzar un mensaje de unidad a sus aliados, a los que ya ha adelantado que pedirá sacrificios en forma de menos ministerios, un mayor esfuerzo de comunicación con los ciudadanos -el Ejecutivo lleva año y medio sin un portavoz- y un apoyo incondicional en la aprobación de iniciativas y presupuestos.

La oposición, por su parte, ha interpretado la derrota presidencial como una pérdida de autoridad del Gobierno y ha exigido la dimisión de la istración de Tusk para formar un «gobierno técnico» de transición con «especialistas apolíticos» hasta las próximas elecciones parlamentarias de 2027.

Fracturas en la coalición

Aunque los socios de Tusk, como Szymon Holownia, colíder de Tercera Vía, han reconocido que la alianza con Tusk permanecerá «porque no hay otra opción», ya se han dejado notar las turbulencias que ha causado y que sin duda causará el nuevo presidente electo, de quien se esperan todos los obstáculos posibles al Gobierno, incluidos vetos a leyes.

 Szymon Holownia, colíder de Tercera Vía
Szymon Holownia, colíder de Tercera Vía, el pasado 18 de mayo en Varsovia, Polonia. EFE/EPA/Marcin Obara

El Partido Popular Polaco (PSL), un socio estratégico dentro de la coalición gobernante y cuyo líder, Władysław Kosiniak-Kamysz, es vicepresidente del Gobierno y ministro de Defensa, ha hecho sonar la alarma tras saberse que ha sondeado de manera interna a sus sobre la posibilidad de formar una coalición alternativa con los partidos de la oposición.

A pesar de que un portavoz del PSL ha asegurado que estas encuestas «son una práctica regular» y que «más del 70 % están a favor de mantener la coalición actual», el hecho ha causado preocupación entre sus aliados, que han asegurado que ellos nunca harían una consulta parecida entre sus filas.

El PSL, que aporta 28 diputados cruciales para la mayoría que detenta Tusk, es considerado como el partido más conservador de la coalición, ha frenado las iniciativas de liberalizar el aborto y ha pedido que se tengan en cuenta las «preocupaciones y miedos» de sus votantes en temas como la migración.

Por su parte, el líder de Polonia 2050, Szymon Hołownia, ha reclamado un «nuevo comienzo» para la coalición y ha pedido «que se escuche más» a la docena de partidos que conforman la alianza del Gobierno.

Todos los partidos de la oposición han anunciado que votarán este miércoles en contra de Tusk.

Futuro incierto

Superar la moción de confianza no allanará el camino que le espera al Gobierno, solo marcará el comienzo de una serie de cambios, como una reestructuración del Ejecutivo, planeada para el próximo mes, y la urgente reconciliación con su base social, desencantada tras un año y medio de Gobierno sin cumplir ninguna de las grandes promesas electorales: menos impuestos para la clase media, fin del caos judicial, descriminalizar el aborto o aprobar las uniones civiles.

En el improbable caso de que la moción de confianza no obtuviera el respaldo del Sejm -la Cámara Baja polaca-, el primer ministro estaría constitucionalmente obligado a presentar su dimisión al presidente y se precipitaría la convocatoria de elecciones generales.