París (EuroEFE).- Francia, encharcada en una crisis diplomática con Argelia que está afectando a las expulsiones de los nacionales a ese país, ahora muy limitadas, quiere que todos los de la Unión Europea restrinjan los visados a los terceros países que se comportan así.
«Voy a proponer que, si un país no coopera con las autoridades sas, todos los países europeos al mismo tiempo puedan restringir la concesión de visados«, ha anunciado este miércoles el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, en una entrevista al canal 2.
Barrot justificó esta iniciativa a nivel europeo al considerar que cuando se aplica a nivel nacional «no funciona».
Premiar con una rebaja de aranceles
Como contrapartida, también quiere que cuando haya un país exterior a la UE que coopera en el control de la inmigración irregular y en particular en ese aspecto de aceptar las expulsiones de sus nacionales, se le rebajen los aranceles.
El jefe de la diplomacia sa anunció además que pretende conseguir un cambio normativo de los Veintisiete para que se pueda mantener retenido a un extranjero «por razones de orden público«.
«Tenemos que multiplicar los esfuerzos para poder responder a las aspiraciones de los ses de recuperar el control de nuestra política migratoria, y en particular de los flujos de inmigración irregular», afirmó, antes de subrayar que esos esfuerzos serán «más eficaces» si se hacen a través de la UE.
Aujourd’hui, François @bayrou nous réunira pour le comité interministériel de contrôle de l’immigration.
— Jean-Noël Barrot (@jnbarrot) February 26, 2025
Voici ce que je proposerai : pic.twitter.com/DIXzGlEilX
Presión por el atentado del sábado
Detrás de todo está la crisis diplomática con Argelia, cuyo último capítulo surgió con el atentado islamista del pasado sábado en la ciudad de Mulhouse. Allí, un argelino en situación irregular fichado por terrorismo mató con un arma blanca a un hombre de 69 años que pasaba por la calle al grito de «Alá akbar» (Alá es el más grande) e hirió a cinco agentes municipales.
Brahim Abdessemed, de 37 años, entró en Francia de forma irregular hace más de una década y recientemente pasó varios meses en prisión, al haber sido condenado por apología del terrorismo por hechos cometidos a finales de 2023.
A su salida de prisión, este hombre, que está diagnosticado como esquizofrénico, fue recluido en un centro de retención y Francia trató de expulsarlo a Argelia, pero las autoridades argelinas rechazaron las demandas sas en una decena de ocasiones.
Cuando llevaba 90 días retenido -la normativa europea impone un límite a esa situación- tuvo que ser puesto en libertad. Pero se le impuso un control judicial: tenía que fichar en comisaría todos los días. El sábado infringió ese control judicial y perpetró el atentado en el centro de Mulhouse.
Ese asunto ha conducido a la convocatoria este miércoles por el primer ministro francés, François Bayrou, de una reunión con varios de su Gobierno para revisar la política de control de la inmigración con los 19 países que más problemas plantean a Francia a la hora de aceptar a sus nacionales cuando París los intenta expulsar.
La crisis con Argelia, vinculada al Sáhara Occidental
Las relaciones diplomáticas entre París y Argel sufren continuos altibajos, pero la profunda crisis actual tiene su origen sobre todo en la declaración del presidente francés, Emmanuel Macron, a finales de julio de 2024 en la que se alineó totalmente con la posición marroquí sobre el Sáhara Occidental, e implícitamente descartó la posibilidad de un referéndum de independencia.
Argelia, que es el principal soporte del Frente Polisario, reaccionó con la retirada inmediata de su embajador en París y desde entonces ha dado sucesivos pasos de distanciamiento.
Uno de los aspectos más eruptivos de esa crisis, aparte de la cuestión de las expulsiones, es el encarcelamiento en Argelia desde que aterrizó en Argel a mediados de noviembre del escritor argelino Boualem Sansal, muy crítico con el Gobierno de ese país y al que Macron había concedido la nacionalidad en 2024.
Barrot, que ha considerado «injustificable» el encarcelamiento de Sansal, ha dicho estar «muy preocupado por su salud, por su moral». Precisó que ha recibido informaciones «muy preocupantes» que quiere aclarar sobre el hecho de que ha recusado a sus abogados en Argelia, nombrados de oficio.
Se sospecha que detrás de esa recusación está la presión que supuestamente han ejercido esos letrados para que el escritor renuncie a su abogado francés, François Zimeray. Ese letrado ha denunciado una campaña en su contra en la prensa argelina, que lo habría descalificado por «sionista».