Madrid (EFE).- El exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, opina que la política madrileña está «hecha unos zorros» como consecuencia de «la estrategia de confrontación» de la jefa del Ejecutivo autonómico, Isabel Díaz Ayuso, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que comenzó en la pandemia y se mantiene hasta hoy.
«Ni el Gobierno regional tiene intención de hablar de Madrid porque piensa siempre en clave nacional y en confrontar con Pedro Sánchez porque esa es su estrategia; ni la oposición tiene un programa ni un plan para la Comunidad de Madrid, más allá de reivindicar ideas obsoletas y planteamientos que ya no sintonizan con la gente», subraya Aguado en una entrevista con EFE.
El debate es, a su juicio, «bronco, desagradable, zafio, muchas veces grotesco, sin ideas, con unos perfiles de oradores cada vez más degradados y degradantes. (…) No hay intención de acordar nada. Es un ‘show’ cada vez más patético».

Traiciones
En el Ejecutivo de coalición PP-Ciudadanos en la Comunidad Madrid, Aguado sostiene que Ayuso lo traicionó al romper el acuerdo de Gobierno, como también traicionó al entonces consejero de Políticas Sociales Alberto Reyero, a quien dejó «a los pies de los caballos en mitad de la pandemia para intentar salvar su imagen» y a «su jefe de filas y amigo del alma», Pablo Casado.
«Si hay una historia de traiciones, no tiene nada que ver con el lado naranja del Gobierno, sino más bien con el otro lado, con la presidenta», resalta.
En mitad de la pandemia, cuando empezó a comprobar que Ayuso no cumplía con la promesa de medicalizar las residencias, se planteó desalojar al PP del Gobierno regional porque, además, estaban «atacando» al consejero Alberto Reyero, que no tenía competencias para desplegar recursos sanitarios.
Sin embargo, agrega, no llegó a plantearlo en el partido y, aunque la coalición estaba «muy tocada», en abril o mayo de 2020 decidió garantizar la estabilidad del Gobierno regional y confiar en la palabra de Ayuso de que iba a medicalizar las residencias antes que propiciar un cambio de Gobierno que no sabía cómo acabaría.

Recuerda el «dolor y la frustración» en la pandemia
De la pandemia, en la que Aguado ejerció como portavoz del Gobierno regional, recuerda «el dolor y la frustración» al ver cómo morían cientos de personas al día en algunos picos de la crisis y tener que habilitar varias morgues de forma improvisada por la cantidad de fallecidos que había.
En lo político, lamenta la actitud «desleal» del PP como socio de Gobierno y la actitud «frentista» de Ayuso con el Gobierno de España en este periodo en que le tocó ser la cabeza visible del Ejecutivo madrileño.
Confiesa que la última vez que vio a la presidenta fue el 10 de marzo de 2021 en el Consejo de Gobierno, donde ella anunció que convocaba elecciones anticipadas en la Comunidad y puso «punto final» al Ejecutivo de coalición entre el PP y Ciudadanos.
¿Por qué desapareció Ciudadanos?
Aguado atribuye la implosión de Ciudadanos a tres razones. La primera fue la falta de bases, de una estructura municipal, unas parroquias donde «poder guarecerse y crecer como formación». El partido «llegó hasta arriba y cayó porque no había construido esas parroquias».
La segunda razón fue la negociación de cuatro Gobiernos autonómicos que, por razones estratégicas y de ámbito nacional, Cs decidió entregar al PP en lugar de «pelear» por la presidencia de alguna de esas autonomías. Desde su punto de vista, fue «un error» que «limitó» su visibilidad y las reformas que pretendían implantar y los dejó «muy debilitados».

La salida de Rivera
Y la tercera razón tiene que ver con la salida de Albert Rivera y los tres años siguientes. «Era un tiempo más que suficiente para haber intentado reconducir el barco, pero no fuimos capaces de hacerlo. Ahí se podía haber hecho mucho mejor», afirma.
Desde que Rivera puso en marcha el partido en Cataluña, acertó en el 90% de las decisiones que tomó, siendo muchas veces «muy difíciles», pero en la decisión que «adoptamos en el verano de 2019 fallamos en la hipótesis de lo que iba a suceder».
«Nos llevó a lo más alto de la política, fue un líder capaz de crear otros líderes, promovió de la nada un partido que ha hecho historia en España» y, tras «un error estratégico», por el que Ciudadanos pasó de 57 diputados a 10 en 2019, asumió el fracaso de la estrategia y dimitió, explica Aguado que actualmente dirige Jastag, una consultora de comunicación.
Otra «equivocación» fue, a su juicio, la elección de Inés Arrimadas para suceder a Rivera al frente de Ciudadanos. «Parecía la persona indicada por su carisma y por los éxitos que había conseguido en Cataluña», pero «la gestión de esos tres años no estuvo al nivel de lo que muchos esperaban ni de lo que el partido necesitaba», apostilla.