El presidente del Textil Santanderina, Javier Ángel Maestegui, durante una entrevista con EFE. EFE/ Pedro Puente Hoyos

El Textil Santanderina supera 50 años con la ilusión de volver este 2025 a la Superliga

Por Alfonso Arce |

Cabezón de la Sal (EFE).- El Club Deportivo Voleibol Textil Santanderina ha cumplido más de 50 años siendo referente de ese deporte en Cantabria y en la localidad donde surgió, Cabezón de la Sal, a la que quiere dar una alegría esta temporada: el ascenso a la máxima categoría, la Superliga, en la que ha estado ya ocho años de su historia.

El club fue fundado en 1974 por el profesor Antonino Pellón, quien aunó a la base del voleibol del colegio Igareda, de Cabezón de la Sal, jugadores procedentes de Torrelavega, según cuenta, en una entrevista con EFE, el actual presidente del Textil Santanderina, Javier Ángel Maestegui.

Maestegui recuerda lo que el club ha hecho en todos estos años de historia y destaca lo que es para él el mayor objetivo ahora: sanear las cuentas del club y volver a la Superliga.

«Tenemos la mitad del presupuesto que en el último ascenso -en 2022- e intentamos ayudarnos de patrocinios, sobre todo de la Textil Santanderina, que apoya al club desde su fundación, porque las ayudas institucionales han disminuido en los últimos años», ha señalado Maestegui, quien llegó al club cántabro hace dos años.

El presupuesto también influye en la confección de la plantilla, que hace algunas temporadas tenía «cuatro o más extranjeros» y que este año «solo tiene a uno», señala Maestegui, acompañado de ese jugador, el receptor argentino, Mauro Aguilera (Buenos Aires, 1991).

El voleibolista suma su tercera experiencia en España tras haber llevado este deporte a Roquetas de Mar (Almería) y Xátiva (Valencia), aunque asegura que es su primer año en un equipo «que busca ser protagonista en liga».

El receptor siente el apoyo de la gente, pero reconoce, en su entrevista con EFE, que el ambiente en los partidos de su Argentina natal es distinto.

Sin embargo, valora el entorno y el ambiente familiar del club cántabro.

«Allá -en Argentina- es diferente: hay bombos, trompetas (…) incluso te escupen. Pero acá se pone lindo. Se nota el apoyo, es un buen ambiente, muy familiar también, y eso me gusta. La adaptación, por ahora, es de diez», apostilla.

El receptor argentino, Mauro Aguilera, durante una entrevista con EFE. EFE/ Pedro Puente Hoyos.

La cantera es el futuro

Maestegui destaca la importancia de las categorías inferiores, que hace años «estaban olvidadas» y ahora «tienen un papel central», con la visión del club de surtirse en el primer equipo de niños de la cantera. «Cogimos el equipo con unos 70 niños y niñas, y ahora estamos con 150», asevera.

La mayoría de niños de la cantera proceden de municipios de la costa occidental de Cantabria como Mazcuerras, San Viente de la Barquera o Santillana del Mar, pero Maestegui recuerda que para ellos lo importante es que los jóvenes «se formen como personas».

«No queremos el típico equipo en el que unos niños juegan todo el rato y otros nada, aquí hemos aumentado el número de equipos en las categorías inferiores para que los niños puedan jugar y disfrutar mas», asegura.

Y explica el caso de una familia de Palma de Mallorca que, tras ver la Copa Príncipe de 2024, que se celebró en Cabezón, ó con el Textil para apuntar a sus hijos a las categorías inferiores del club.

«Es un orgullo que vean tu trabajo y que alguien elija, entre otros motivos, Cabezón como destino por el vóley», apunta el presidente.

El sueño del ascenso

En el ámbito deportivo, el Textil Santanderina se alzó el pasado enero con la Copa Príncipe, su segunda consecutiva, convirtiéndose así en el equipo que más acumula en su palmarés -tres en total-, lo que, sumado al primer puesto en la Superliga 2, hace que el club espere un final de temporada ilusionante.

Esta copa es jugada a comienzos de año por los dos mejores clasificados de cada uno de los tres grupos de la segunda categoría del voleibol español, que disputan, en base única, esta competición.

El equipo es el actual primer clasificado del grupo A de la Superliga 2, puesto que, al término de la temporada, les permitiría jugar la fase de ascenso, que también disputan los dos mejores clasificados de cada grupo, para elegir qué dos conjuntos promocionarán a la Superliga y quién sera el campeón de la categoría.

Para el presidente del Textil, la promoción es el objetivo de un club que está evolucionando en los últimos años.

«Hemos ganado la copa, vamos primeros y esperemos este año ganar la liga y subir a Superliga», asegura un ilusionado Maestegui, mientras el primer equipo se ejercita en el pabellón Matilde de la Torre, donde juega sus partidos como local.

El máximo dirigente del club percibe un gran apoyo del pueblo y de la afición, con cerca de 400 espectadores por encuentro en el pabellón, cifra que se magnificó en la Copa Príncipe de 2024, que tuvo como sede Cabezón de la Sal y que coronó al Textil como campeón «con las gradas llenas».

El entrenador del Textil, Pablo Cabrera durante una entrevista con EFE. EFE/ Pedro Puente Hoyos.

El entrenador del Textil, Pablo Cabrera, coincide con el presidente, y añade que había más de cien personas animando al equipo durante la consecución de su última Copa Príncipe, a la cual se desplazaron desde Cabezón de la Sal hasta San Sadurniño (A Coruña), donde revalidaron el título.

«Cabezón es un sitio muy bonito para jugar, viene mucha gente y se nota el apoyo incluso cuando vas por la calle. Para nosotros es muy importante, también en la copa, que se jugaba a casi cuatro horas de viaje», explica a EFE Cabrera.

Él ya militó en el club como jugador hace 10 años y, aunque prefiere la vida en la demarcación de colocador, siente que está comenzando su carrera como técnico en un pueblo como Cabezón «que es el mismo sitio acogedor que era hace tiempo», y en el que espera «seguir y crecer como entrenador».

«Muy, muy de Cabezón»

Maestegui subraya que el club atravesaba una situación económica «muy difícil» previa a su llegada a la directiva, que generó preocupación entre los aficionados y destaca que han sido la gente del club y del pueblo quienes han logrado «sacar adelante al Textil».

«Nosotros estamos orgullosos de ser de Cabezón. El club está arraigado y a los cabezonenses les gusta el voleibol», afirma.

Añade que la mayor parte de los ingresos del club provienen de los patrocinios, la venta de papeletas, los abonados y los equipos infantiles, asimismo destaca que, «poco a poco», la afición ha vuelto al pabellón.

Una de las muestras de esa dedicación son los viajes. El presidente explica que, de cara al siguiente encuentro del equipo, tanto él como el colaborador del club Miguel Ángel González ‘Lete’ viajarán en coche hasta Santander para recoger una furgoneta, regresar a Cabezón y trasladar así a los jugadores a su próximo partido contra el Club Vigo Voleibol.

«Tanto los aficionados como el Textil somos muy, muy de Cabezón», resume