Una abeja recolecta polen en una flor de meloconero. EFE/Marcial Guillén

El color ‘oculto’ de las flores: ‘esconden’ pigmentos invisibles para atraer polinizadores

Sevilla, (EFE).- Un estudio internacional liderado por investigadores de las Universidades Pablo de Olavide (UPO) y de Sevilla (US) ha revelado que las flores, más allá de su apariencia de color, albergan pigmentos invisibles que cumplen funciones clave en su supervivencia y reproducción.

Según ha informado este martes la UPO en un comunicado, bajo la aparente simplicidad de una flor se esconde por tanto una «compleja estrategia de supervivencia».

Más allá de sus vivos colores, las flores contienen pigmentos invisibles al ojo humano que las protegen del sol y desempeñan un papel clave en la comunicación con los polinizadores.

La investigación ha sido liderada por el profesor del Departamento de Biología Molecular e Ingeniería Bioquímica de la UPO Eduardo Narbona junto al profesor del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la US José C. del Valle.

Análisis de casi un millar de especies

El estudio, desarrollado por un equipo multidisciplinar con participación de instituciones de España, Estados Unidos y Brasil, ha analizado 926 especies de plantas polinizadas por animales procedentes del sur de España, California y el sureste de Brasil.
El objetivo ha sido comprender qué tipos de pigmentos florales son más comunes y qué funciones cumplen en diferentes contextos ambientales.

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Una abeja vuela sobre una planta. EFE/EPA/FILIP SINGER

El hallazgo más sorprendente del trabajo ha sido la presencia generalizada de los denominados ‘fenilpropanoides’ absorbentes de radiación ultravioleta (UAPs, por sus siglas en inglés).

Estos compuestos, invisibles para el ojo humano pero detectables por los insectos como las abejas, están presentes en todas las flores estudiadas.

‘Materia oscura’ de las flores

Según los investigadores, esos ‘UAPs’ pueden considerarse como una especie de ‘materia oscura’ de las flores.

Son además posiblemente esenciales para su protección frente a la radiación ultravioleta y también útiles para atraer a los polinizadores, pero cuya función exacta se desconoce.

Además de estos pigmentos invisibles, el estudio muestra que más de la mitad de las especies examinadas contenían las denominadas ‘antocianinas’, responsables de colores rojos, rosas y azules, un tercio ‘carotenoides’ (amarillos y naranjas) y algunas incluso ‘clorofilas’ (verdes), aunque muchas flores combinan varios pigmentos.

Patrones comunes

La colaboración internacional de los científicos que han llevado a cabo la investigación ha permitido comparar flores distantes geográficamente bajo una misma metodología, lo que revela patrones comunes en la frecuencia de los pigmentos florales.

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Fotografía de un colibrí en Maturín (Venezuela). EFE/ Ronald Peña R

Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que, a pesar de las diferencias entre las condiciones ambientales y los polinizadores -insectos en España e insectos y colibríes en California y Brasil- de las tres regiones estudiadas, la composición de pigmentos florales fue sorprendentemente similar entre ellas.

Esto sugiere que estos pigmentos se han conservado evolutivamente por su valor multifuncional.

Los resultados de este trabajo aportan una nueva perspectiva sobre el papel de los pigmentos en la ecología y evolución de las flores.

«Este estudio nos ayuda a comprender mejor cómo las flores equilibran la necesidad de atraer polinizadores con la necesidad de protegerse frente a condiciones ambientales estresantes», ha explicado el profesor Eduardo Narbona.

Más allá de su atractivo estético, las flores se revelan por tanto como «órganos altamente sofisticados», cuya belleza visible solo es la punta del iceberg de una compleja red de adaptaciones evolutivas invisibles. EFE