Madrid, (EFEAGRO).- Los mantecados y polvorones de Estepa tienen 150 años de historia y estas navidades pretenden volver a ocupar su hueco en los encuentros familiares, con la venta de al menos 15 millones de kilos, según el presidente de su Indicación Geográfica Protegida (IGP), José María Fernández.
El representante de la IPG Mantecados y Polvorones de Estepa ha destacado en una nueva edición del podcast de EFEAGRO Punto de Encuentro que, tras años complicados marcados por la pandemia, la guerra en Ucrania y la inflación, en 2023 alcanzaron los 15 millones de kilos, volumen que quieren repetir con esta campaña navideña.
«Somos bastante positivos por cómo va la campaña. Somos un emblema de la Navidad en la gastronomía y esperamos incluso superar la cifra del año pasado», ha asegurado.
Fernández ha explicado que esos productos pueden ser este año un 3 % más caros, ya que las empresas familiares de la IGP han tenido que repercutir los costes de fabricación -incluidas las subidas de salarios y del cacao- para seguir creando riqueza y empleo.

Una comarca volcada en su fabricación
En Estepa, la industria de esos típicos dulces navideños cuenta a su vez con empresas auxiliares y mecánicas. Estas últimas son «referentes en maquinaria de pastelería», según el presidente de la IGP.
La campaña de producción coincide con el apogeo de la temporada turística, con un patrimonio cultural en el que también se puede disfrutar del aceite de oliva virgen extra local, talleres de elaboración de mantecados y otras actividades para niños y adultos que dan vida al entorno rural.
De las 21 empresas de mantecados y polvorones que existen en ese municipio sevillano de 12.000 habitantes, 18 están en el registro del Consejo Regulador. Este las audita cada año para comprobar que se cumplen los pliegos de calidad aprobados por la Unión Europea. Y así permitir el uso de la marca protegida IGP.
El sector da trabajo directamente a unas 2.200 personas, un 90 % de ellas mujeres. Estas no solo como personal de fábrica, sino también como responsables de calidad, de compras, de logística e incluso gerentes. Eso da cuenta de su «importancia» en la industria.
«Fue una mujer hace más de cien años quien empezó la comercialización de nuestros productos». Ellas «siempre han sido tratadas en paridad» con los hombres en el convenio colectivo, que empezó a negociarse en los años 70 y se ha ido revisando, según el representante.
Adaptación a los cambios
Como el presidente más joven de la IGP, Fernández quiere favorecer la «unión en la defensa de la marca Estepa» y lograr «la mayor promoción posible de los sellos de calidad».
Ha resaltado que el sector se está adaptando a los gustos del mercado, con nuevos sabores, productos sin gluten ni lactosa, chocolates y mazapanes, además de polvorones más pequeños y veganos.
Entre los últimos cambios, se podrán certificar con el sello de IGP productos que pesan hasta 55 gramos. Esto es una reclamación del propio sector que Bruselas ha aceptado.
Además, una parte de las empresas diversifica su producto el resto del año, con chocolates, barritas energéticas, pastas e incluso productos con certificación «halal».
En cuanto a la pugna entre las marcas de fabricante y las de distribución, Fernández ha señalado que fabrican tanto para unos como para otros. Al final «las grandes marcas de distribución quieren marca Estepa».
A su juicio, el «éxito» de los mantecados y polvorones de Estepa radica en su identificación con una época del año tan esperada como la Navidad. Es como «una máquina del tiempo» que transporta a los consumidores a su niñez. Al recuerdo de familiares que ya no están y a otros momentos pasados.
«Nos llena de orgullo que nuestros productos sean testigos fieles, desde hace más de 150 años, de los reencuentros con la familia y los amigos», ha concluido Fernández. EFEAGRO